jueves, 20 de marzo de 2008

Todos los domingo son grises, a veces llenos de recuerdos


El cielo se cubre de nubes y todo lo que hay fuera parece cambiar conforme yo voy cambiando. Nunca me había dado cuenta de la poderosa influencia que nuestra mente puede ejercer en todo lo que tenemos alrededor. Somos agentes activos en la metamorfosis pasiva de nuestro paisaje.

El estado de ánimo. ¿Cómo definir algo con lo que tenemos que cargar toda la vida? Hemos vivido mil maldiciones, visto arder nuestra alma, llevamos la mortaja puesta desde el día en que nacimos y sin embargo no la lucimos hasta que llega el día fatidico en que nos visita la dama de luto.


Un hallazgo fundamental hizo que todo lo que veía a mi alrededor adquieriera otra tonalidad, el color es muy importante en nuestras vidas porque nos condiciona haciendo que ignoremos otros sentidos, el color lo llevamos dentro y lo proyectamos al exterior, de ahí la mutabilidad tangible del mundo. Lo que encontré pertenece a otra persona y me lo he apropiado por derecho propio, porque me ha dado la gana, básicamente. No es un todo completo, no es algo ordenado, son fragmentos de una historia que, sin saberse a sí misma como historia, no tiene un comienzo claro, sí un final definido, aunque no importa ni el principio ni el final, lo más interesante es todo lo que hay entre uno y otro.


Esta es la historia de un amigo que necesitaba de las mareas que crecía y menguaba con éstas, que vivió todo lo que todos vivimos, pero ya sea por su fragilidad, por su especial sensibilidad o simplemente por impaciencia, esta persona abandonó este mundo voluntariamente un 29 de Octubre, dos años atrás. Desde ese día todos los domingos son grises y siempre llenos de recuerdos. Y en recuerdo de mi amigo escribo, y en su propio recuerdo escribió su mano.


IN MEMORIAM

No hay comentarios: