jueves, 20 de marzo de 2008

Reflexiones sobre la lámpara

"Esta noche he dormido sobre la lámpara de mi salón. Me encantaba la sensación de ingravidez que experimentaba allí colgado, porque siempre me he sentido atado al mundo, condenado a vagar sobre la tierra, cuando lo que realmente quería era flotar en el inmenso infinito. Nunca más de un día pude mirar al cielo sin sentir nostalgia y al suelo sin sentir dolor.





Mi lámpara tiene globos que encierran mundos, es un sistema estelar, radial, idéntico, hijo y padre de la paridad, es un mundo sin injusticia porque nadie vive en un lugar diferente al que viven los otros. Pero su estructura es pretenciosa y barroca, porque todo lo que es creado por el hombre se sostiene en estructuras orgullosas de ser más de lo que son. Mi lámpara es una creación humana y como tal tiene todo lo malo y todo lo maravilloso de serlo.





Miraba el mundo desde arriba. Decir esto parece mucho, pero nunca pude estar más bajo de dos metros y medio del suelo. ¡Qué hermosa vista llenaba mis pupilas! Cuando se hizo de noche pude ver a todos los amigos que viven en el suelo de mi casa, comenzaron a emerger del suelo de terrazo y pasé horas contemplándolos. Entonces comencé a dormir. La brisa nocturna comenzó a mecerme, y caí al suelo. Y bueno, aqui estoy en mi cama encantado de tener una lámpara que puedo visitar cada vez que quiera. Porque no quiero vivir en este mundo y este es el imperativo de mi vida desde que el mundo se descubrió ante mi con la crueldad de la que hace gala cada día, desde ese día mi existencia consiste en alejarme más y más de él, porque sólo su presencia duele y su peso me rompe los huesos en mil trizas.





Vivir es trágico, soñar también"




15/06/2000

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